14 jun 2008

Y EL VERBO SE HIZO CANTO: DESDE SIUNA CON AMOR

Por Carlos Mejía Godoy

Acababa de estrenarse la película Desde Rusia con amor, con el mítico James Bond. Y pensando en el título de la película, protagonizada por Sean Connery, se me ocurrió decir –jugando con las palabras- Desde Siuna con amor.
Recuerdo, como si fuera ayer, que sobre el folio blanco dibujé un casquito de minero y en el frente grabé un corazoncito rojo, atravesado por un dardo. Cerré los ojos y me trasladé al infierno dorado de nuestra Costa Atlántica.

Ya para entonces había leido el libro del Profesor Santos Rivera “El Río y su sombra” y me había impactado un poema sobre la situación infrahumana de nuestros mineros, dejando en el socavón un rastro de silicosis y muerte.

En nuestras primeras tertulias con Los Bisturices Armónicos, iban aflorando las nuevas canciones. El Chocoyo Cardenal chineó el acordeón muy seriamente. Creí que iba a tirarse un tango de Gardel, pero mi sorpresa fue mayúscula, cuando poniéndome el instrumento en mis brazos, anunció con tono heráldico: Y ahora…Carlos Mejía nos va a cantar su balada Desde Siuna con amor. Me quedé estupefacto. Nadie, absolutamente nadie conocía esa canción. Cómo llegó –me seguía preguntando- a manos de Lorenzo? El mismo se encargo de develar el misterio, cuando me extendió un papel donde aparecía el texto de un jingle de Jabón Marfil y al otro lado, los versos de un minero, que al borde de la agonía, escribe una carta de amor a su esposa…

La balada, con sabor a elegía, empezó a circular entre los poetas y bohemios que nos reuníamos en casa de mi primo César Ramírez Fajardo. Mi amiga Antonina Vivas se convirtió en su mejor intérprete. Y cosa rara. pese a la simpatía que despertó desde el inicio, se mantuvo inédita durante cuarenta años.

Hace un par de días, buscando entre mis papeles apolillados, descubrí el dibujo de un casquito de minero, en cuyo frente, canta –íngrimo- un corazón desahuciado.


DESDE SIUNA CON AMOR

Desde Siuna un lugar de Nicaragua
en la América nuestra indolatina
yo te envío, mi amor, estas palabras
quizás sean las últimas que escriba

Si al leer estas líneas que te escribo
vos notás que temblando estan mis dedos
no olvidés que el barreno es asesino
que es horrible la fiebre que ando dentro

Desde Siuna, mi amor, te están llamandom
mi convulso dolor y mi agonía
dos pulmones de tisis perforados
y un pequeño corazón que no te olvida

Ya la muerte va mojando mis arterias
ya mi vida por fin se va acabando
mi existencia se apaga cual la vela
que ilumina la noche de mi cuarto

Si al final de este amargo testamento
no encontraras mi nombre. vida mía,
sólo piensa que soy algún minero
de esta América hambrienta de justicia

Desde Siuna mi amor, te están llamando
mi convulso dolor y mi agonía
dos pulmones de tisis perforados
y un pequeño corazón que no te olvida

1 comentario:

Unknown dijo...

Don Carlos, durante muchos años he buscado esa canción, recuerdo que en los año previos a la insurrección la escuchaba en Radio Católica en un programa de Wilmor Lopez, y siempre me ha impactado mucho el contenido de ella. Con el paso de los años hay realidades nuestras que han ido quedando en el olvido y que las nuevas generaciones ya no conocen y desgraciadamente tampoco les importan. Ojalá y en sus conciertos usted la difunda mas. Un abrazo y toda mi admiración y respeto.