12 ene 2010

Y el Verbo se hizo Canto

ANTOJITOS NICARAGUENSES

Mi padre, Chas Mejía, era –como ya he expresado en tantas ocasiones- un malabarista del habla nicaragüense. En su conversación, no sólo aparecían los dichos y refranes, sino palabras y frases que eran de su particular invención. Yo diría que, así como preparaba una “boquita”, para tomarse un trago de ron, haciendo de un acto tan simple un auténtico ritual, igualmente se preparaba anímicamente para relatar una anécdota o un pasaje de la vida real. Obviamente, jamás narró un
cuento igualito. Aderezaba sus historias con nuevos ingredientes, improvisando siempre en forma magistral.

Clasificaba la belleza femenina, de acuerdo a la familia de las aves. De hecho, él fue el primer avicultor empírico nicaragüense. Cuando veía venir a una señorona alta, sesentona, bien emperifollada, decía a “sotto voce”: Te busca Doña Chompipona. Pero si la dama era hermosa, guapa y entradita en carnes, no vacilaba en decir: Ahí viene una paloma de Castilla. De acuerdo a su nomenclatura, iban apareciendo las “azulonas”, las “chiricas”, las “alitas blancas” y por qué no? Hasta alguna “zanatita pizpireta”.

Pero aquel día, Chas Mejía me rompió los esquemas. De la esquina de la Chepita Valle, en Somoto, se cruzó –en diagonal perfecta- una chavala no mayor de diesiocho años. Cuando la vi caminar en dirección a la acera de mi casa, llamé con confianza a mi viejo, quien en ese momento atendía la pulpería. –Venga, papá- le dije con voz emergente. -Azulona a la vista!-. El, muy sereno, se acercó a la puerta y al ver aquella criatura angelical, sólo atinó a decir:- No, Carlitos. Esta es una “cosita-de-horno”.

Horas después, en uno de mis cuadernos de apuntes, florecía una canción nueva. Curiosamente, fui aliñando en versos, las virtudes de la mujer nicaragüense, con las comidas típicas del Pacífico. Así, junto a la naricita respingada de la Tencha Alaniz y el modo-lindo de la María Tete, miraba esas rosquillitas somoteñas, únicas, crujientes, nadando en el café. No sé por qué razón, mi imaginación saltó del Norte al Sur y me imaginé disfrutando un delicioso curbasá bajo un palo de mango, camino de Apompuá. Luego viajo a Cuajiniquil, comarca de Terrabona. Después a Masatepe, para sentarme a disfrutar un típico mondongo en el Barrio Veracruz. Y, como acotumbra mi entrañable amigo
Franco Peñalba, lo pido “desarmado”: aquí la sopa, allá las verduras y por acá las toallitas con su chilito congo.

Y cada vez que en nuestra Casa de conciertos o en cualquier lugar, me solicitan los “Antojitos Nicaragüenses”, elevo una jaculatoria al Creador y le pido, igual que el Güegüense: Matateco Dio mispiales. Que guarde en su santo seno a mi padre Chas Mejía Fajardo, el genial fabulador, quien con su incesante picardía me dio los nutrientes para escribir estas trovas.


ANTOJITOS NICARAGÜENSES

Letra y Música: Carlos Mejía Godoy

Me gusta a mí la cara de la Tencha Alaniz
Eso respingadito que tiene en la nariz
Me gusta el modo lindo de la María Teté
Me gustan las rosquillas nadando en el café

Me encanta una chelita que ví en Cuajiniquil
Los ricos huevos-chimbos que hacen en Estelí
Me gusta la cajeta de leche o zapoyol
Del Sauce los buñuelos de Tisma el requesón

Estos son antojos muy nicaragüenses
Así pizpireto mancuncho y corneto me quiero casar
Con una chavala de aquí del lugar
Entre las presentes quién es la valiente que se va a rifar
No hay cosa más sabrosa que comer curbasá
Bajo un palo de mango camino de Apompuá
Un trago de cususa al filo de un chojín
Allá por las piñuelas de Magdaleno Ortiz

Si acaso te propongo a Masatepe ir
Vas a probar mondongo el mejor del país
Un plato copeteado servime pronto Inés
Si no tiene tufito mejor no me lo des


Estos son antojos muy nicaragüenses…

Me gusta la cintura que se gasta la Tirsa
Tan linda y tan menuda como la de una avispa
Me encantan las güirilas saliendo del comal
Con cuajadita fresca de ay de Santo Tomás

Me gusta la prestancia de la Ña Genoveva
Parece en elegancia la torre de Jalteva
Pero hay un detallito de viaje que la friega
Ese lunar de pelo en el tronco-e-la oreja

Estos son antojos muy nicaragüenses…

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