23 jul 2008

El “Cristo de Palacagüina” de Carlos Mejía Godoy

END - 21:22 - 22/07/2008

Francis Bustos Ortez, Msc
“Esto también te pertenece”.


Estimado Carlos, la mañana del pasado 13 de julio de 2008, leí el reportaje publicado en EL NUEVO ODIARIO, que narra parte de tu invaluable obra artística. Me cautivó el nacimiento de tu “Cristo de Palacagüina”. Como sobrina de Miguel Ángel, te expreso mi más franco agradecimiento por el tributo que le rindes cada vez que haces palpitar tu acordeón, y por todos esos destellos, que duermen y despiertan con vos, para escribir tu poesía social hecha cantar.

Carlos, tu Cristo nace un 4 de noviembre de 1907 en la hacienda El Recreo, jurisdicción de Mozonte, municipio de Nueva Segovia; hijo mayor del matrimonio de José Salvador Ortez Marín y Clotilde Guillén. Los Ortez fueron tradicionalmente Conservadores, desde el tatarabuelo Julián Ortez hasta su padre. Dn. Julián está citado en la historia, en la época de los Timbucos y Calandracas, nominado candidato a la dirección de Estado en aquellos tiempos. Es posible que haya militado en las filas de Dn. Fruto Chamorro. Sus descendientes fueron legitimistas, en épocas anteriores a Sandino.

Tu “Cristo de Palacagüina” físicamente era de estatura pequeña, tez blanca, cabello rubio, ojos azules. Sus antepasados descendían de europeos del sur de Francia, frontera con España, de un pequeño poblado llamado Ortez. Tan finas eran sus facciones que de pequeño fue elegido como ángel en los altares y procesiones religiosas de aquel tiempo. Ya un poco mayor, en su hacienda El Recreo, Miguel Ángel se hizo experto tirador de venados, y por su carisma líder nato en la región.

Cursa estudios primarios en el Colegio Don Bosco, de Granada; en 1925 su padre lo envía a León para iniciar sus estudios de secundaria en el Instituto de Occidente, los cuales interrumpió en 1926 al estallar la guerra civil en mayo de ese mismo año. En los disturbios de la guerra civil no tomó parte, ayudó a su familia en la labores de la hacienda. Transcurrió el período de la guerra civil, y aún en los primeros meses de ocupación norteamericana, en 1927, continuó trabajando junto a su padre.

A finales de 1927 un grupo de disidentes conservadores conducidos por Anastasio Hernández -- tildado de asesino --, al terminar la guerra civil asesinaron a liberales, sobre todo en Mozonte, y en otras localidades. Es entonces cuando liberales de Ocotal depositaron en manos de Miguel Ángel pertrechos militares, a fin de capturar a Anastasio. Para esta época se desconocía su paradero. Los rumores eran que andaba un grupo armado bajo el mando de un general llamado Gregorio Ferrera. Poco tiempo después se supo que el citado Ferrera era el propio Miguel Ángel Ortez.

En las memorias escritas por el sandinista Santos López, habla de que el General Sandino tuvo conocimiento del General Ferrera, y lo invita a unirse a sus filas. En lo sucesivo fue figura destacada, casi siempre permanecía en la zona de Cuje, jurisdicción de Totogalpa, desde donde incursionaba con periodicidad y victoria. Pero en la madrugada del 14 de mayo de 1931, la columna del Gral. Ortez se infiltró en la ciudad de Palacagüina, rodeando el cuartel de la Guardia Nacional. Los soldados estaban a punto de aniquilar la guarnición de guardias y marines, cuando el raso GN, José López, logró distinguir en la penumbra a un atacante que se acercaba al cuartel. El soldado GN disparó un proyectil, acertando en el abdomen de Miguel Ángel. Sus tropas lo auxiliaron y lo llevaron a casa de la Sra. Juana Martínez.

Carlos… tu “Cristo de Palacagüina”, agonizante dio sus últimas órdenes:
“Déjenme aquí y llámenme a los oficiales”. Cuando estos llegaron, les dijo: “No temo ser capturado…sé que voy a morir, quiero nombrar como jefe de mi columna al Gral. Juan Pablo Umanzor, a quien deberán obedecer”. Seguidamente falleció… a los 24 años de edad. Eran las 04:15 de la madrugada, cuando sus soldados salieron de Palacagüina con el cadáver para sepultarlo al pie del cerro El Sua, aproximadamente, a 6 kilómetros de Palacagüina.

En carta fechada del 22 de mayo de 1931 y dirigida a su lugarteniente, el Gral. Augusto César Sandino escribe…

Mis queridos hermanos:

Terriblemente impresionados nos hemos sentido, al tener la fatal noticia de haber sucumbido en el combate de Palacagüina, nuestro queridísimo hermano y glorioso Gral. Miguel Ángel Ortez y Guillén. Nuestros corazones se sienten embargados de pesar, y en medio del pesar se nos vienen oleajes de cólera mayor contra el enemigo…

Patria y Libertad.

(f.) A.C. Sandino.


Carlos, te acompaño en tu lucha, a fin de que ningún partido político -- sin tu autorización --, haga uso de lo que por ley te pertenece; adelante compañero…hasta la victoria siempre.


licbortzf@yahoo.com

Denunciarán a Daniel Ortega por piratería

Leonor Álvarez
END - 21:24 - 22/07/2008

El jurista Sergio García Quintero y el cantautor Carlos Mejía Godoy introducirán el viernes una denuncia en la Asamblea Nacional contra el presidente Daniel Ortega, porque según ellos se ha dedicado a editar la música de Carlos Mejía Godoy “en miles y miles de CD” para repartirla y no le pone el nombre del autor.

García Quintero, consultado por EL NUEVO DIARIO, explicó que la denuncia también será por “las graves violaciones que ha cometido en contra de los derechos de autor del artista (Mejía) y los daños morales que le ha causado de manera reiterada y reincidente.”


“La Consigna” usada y abusada
“La forma con que Ortega y doña Rosario (Murillo) han manejado los reclamos de Carlos Mejía Godoy por el abuso que han venido cometiendo en contra de sus derechos de autor, alcanzaron su clímax en su fiesta partidaria del 19 de julio, en la que “La Consigna” y otras piezas musicales fueron usadas y abusadas descaradamente”.

Según García, el argumento que sostienen Ortega y Rosario al respecto, es de que la música de Carlos Mejía es ya un patrimonio del pueblo, sin que exista en ese sentido ninguna Ley decreto que la haya proclamado como tal.

Para el jurista, la acción de Ortega es “una confiscación de los derechos de autor de Carlos Mejía Godoy”, y considera que “Ortega siempre ha vivido por y para las confiscaciones en este país”.


Ortega se dedica a la piratería
“Mientras en todo el mundo se trata de erradicar o por lo menos paliar la piratería en contra de los derechos de autor, en Nicaragua se ha agigantado la figura de nuestro gobernante Daniel Ortega, como el mayor pirata de los derechos de autor, con la ardorosa complacencia de toda su familia”.

García aclara que Mejía no persigue pago ni lucro económico, y sólo quiere justicia y respeto a sus derechos.

Según el jurista, su amigo Carlos Mejía ha recibido muchas llamadas de Europa y de otras partes del mundo para respaldarlo y manifestarle su apoyo en esta situación.

22 jul 2008

Canciones confiscadas

Sergio Ramírez | 16-07-2008 |
Una tempestad de vituperios se ha desatado desde los medios de comunicación bajo control del gobierno de Daniel Ortega en contra de Carlos Mejía Godoy, el gran cantautor nicaragüense, por su decisión de vetar el uso de sus canciones para la propaganda oficial, en la que son usadas abundantemente porque evocan a la revolución de la que ahora sólo quedan ruinas, y que desde las alturas del poder se presenta como intacta, en un perverso juego de simulaciones.

Carlos, a quien se ha sumado su hermano Luis Enrique, cantautor también, explica su actitud: "En el contexto dramático que vive nuestro pueblo, amenazado nuevamente con otra dictadura familiar, réplica sórdida de la tiranía de los Somoza, no puedo permitir que mis canciones, inspiradas precisamente en el sacrificio e inmolación de miles de hermanos nicaragüenses, sirvan de fondo musical, para continuar -desde las tarimas enfloradas- la tragicomedia más vergonzosa de los últimos años". Y ha sido claro en decir que no quiere dinero, porque su música no está en venta. Solamente quiere que no se use.

Ortega ha hecho caso omiso, y las canciones de los Mejía Godoy han sido, en cambio, declaradas sujeto de confiscación, como si se tratara de un hato de ganado, o de una fábrica de productos lácteos. En un escrito del comandante Tomás Borge, antiguo ministro del Interior, se lee: "Es mi opinión que la formalidad legal, la cual puede dar origen a una demanda respaldada por la sociedad de autores españoles, no debe obligarnos a renunciar a esa obra que, quiérase o no, pertenece a la sangre de los caídos, tan respetada por los centenares de miles de nicaragüenses integrantes del FSLN…".

Frente a este desprecio de "la formalidad legal" en nombre de la sangre de los caídos, cae abatida la propia Ley de Derecho de Autor que rige en Nicaragua, y que garantiza a los creadores la propiedad de sus obras, como la garantizan la Declaración Universal de Derechos Humanos, y la Convención de Berna de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI).

Esta concepción atrabiliaria, de que los creadores individuales no son dueños del fruto de su talento, si no que lo es el pueblo que inspiró con sus gestas al artista, (y aquí debe leerse por pueblo un partido político), parecería inofensiva hoy en día, cuando los partidos únicos, dueños del pensamiento único, han venido siendo despojados en todas partes de sus viejas majestades. Pero ya se ve que no.

La primera dama Rosario Murillo afirma en otro escrito que Carlos Mejía Godoy no es sino "el instrumento del ritmo divino, que llegó a su cuerpo desde un lugar sagrado y desconocido", según la cita la revista Time. Y no deja dudas de su voluntad cuando dice también, en una proclama, que "en la vida hay cosas que no nos pertenecen personalmente. Que no tienen dueño. Que no son de propiedad, ni particular ni privada. Los muertos, por ejemplo. La esperanza colectiva, la creación colectiva, el dolor colectivo. Los triunfos colectivos."

El viejo peso de lo colectivo. Y en la inmovilidad histórica que el poder total demanda, todo se congela. Los muertos, por ejemplo, que de esta manera también resultan confiscados, para no hablar de la revolución misma, confiscada también desde su raíz, y privatizada a favor de una familia.

Hoy, los papeles se han trocado de manera dramática en Nicaragua, y de la gesta revolucionaria, que es la que precisamente los Mejía Godoy iluminan en sus canciones, sólo quedan las bambalinas y los telones desgarrados, el escenario comido por la polilla. Los muertos que fueron a morir por aquella causa despertarían hoy asombrados de lo que es el nuevo escenario de poder, que representa todo lo contrario de lo que aquellas canciones exaltan.

Y sobre esas canciones, lo que se quiere imponer es el viejo sello ya sin tinta de lo colectivo: esperanza colectiva, creación colectiva, dolor colectivo, triunfo colectivo, toda una fantasmagoría que se agita en contorsiones patéticas, desprovistas sus figuras de sustancia, y de sentido ético. La épica de los héroes vuelta comedia de esperpentos, y que si en algún lugar permanece íntegra es en la música de Carlos y Luis Enrique.

Este concepto de que el pueblo, visto en la abstracción como una totalidad unánime se encarna en el partido total, lo dice sin ocultamientos la señora Murillo: "el canto de Carlos, a pesar de él mismo, seguirá siendo del Frente. Del Frente Sandinista que hizo la Revolución, y que desde esa lucha mítica, los inspiró y dictó. Del Frente Sandinista, que seguirá, además, revolucionando la historia".

Razones más que suficientes del poder arbitrario para confiscar el patrimonio creativo de unos artistas, en nombre de un partido al que se da el papel imposible de dueño de la historia, y el más imposible aún de seguirla revolucionando.

Masatepe, junio del 2008.

“ORATORIO A LOS MARTIRES DEL 23 DE JULIO” - Nota de Prensa

El Miércoles 23 de Julio, a partir de las 9.00 AM, Radio “La Primerísima”, presentará –en forma exclusiva- la obra musical de Carlos Mejía Godoy, titulada “ORATORIO A LOS MARTIRES DEL 23 DE JULIO”, en homenaje a los cuatro estudiantes universitarios, que hace 49 años fueron masacrados en las calles de León por soldados de la Guardia Nacional.

Como se recordará, este suceso estremeció a Nicaragua y tuvo un enorme impacto en el mundo entero, ya que las víctimas estaban totalmente desarmadas y se trataba de una manifestación pacífica en el sitio histórico de lo que hoy se llama AVENIDA UNIVERSITARIA 23 DE JULIO, en memoria de los caídos.

Mejía Godoy escribió esta nueva obra, que aún no se ha grabado formalmente en disco, el año 2005, pero la estrenó el propio 23 de Julio del año 2006, durante la Vigilia que año con año se celebra en León. El año pasado, la Fundación Mejía Godoy presentó este espectáculo en el Teatro Municipal “José de la Cruz Mena”, con la participación del Coro Universitario.

El ORATORIO A LOS MARTIRES DEL 23 DE JULIO tiene una duración de 40 minutos y está integrado por cinco segmentos a saber: “OBERTURA”,” PREMONICION”, “LAS 5 EN PUNTO DE LA TARDE” “CAYO LA TARDE DE JULIO” Y “LAS LETANIAS DE LA SANGRE DERRAMADA”.

La entrevista que RADIO LA PRIMERISIMA otorgará a Carlos tendrá una duración de dos horas. Los periodistas William Grisby y Omar García tendrán a su cargo este conversatorio amplio, en el que el cantautor hará un recuento de su obra artística en los últimos diez años.

VIDA, PASION, MUERTE Y RESURRECCION

Luis Enrique Mejía Godoy
Respuesta a escrito del Sr. Carlos Escorcia


Señor Carlos Escorcia. No lo conozco personalmente, pero al recibir este correo reenviado (con copia a un “cerro de gente”) no me queda más que, reflexionar sobre el escrito suyo con el título MUERTE Y RESURRECCION DE CARLOS MEJIA GODOY, que ignoro en qué medio se publicó o se escribió, para enviarlo por Internet. Para el caso, es lo mismo.

No es la primera, ni creo que sea la última vez, que tanto a mi hermano Carlos como a mí, nos desean la muerte. De todas formas, la muerte nos ha andado rondando desde hace mucho tiempo desde que asumimos el riesgo de escribir y cantar lo que la conciencia nos dictara…Lo curioso es que ahora nos amenazan también con resucitarnos… Yo “tengo vela en este entierro” porque Carlos y yo somos hermanos no solo de la misma sangre, si no, de pueblo, canto, luz, lucha, consecuencia y esperanza…

Inédita manera (debo de reconocerlo) tiene usted, de intentar sacar de lo más profundo del basurero ideológico de la izquierda anacrónica, ortodoxa y prepotente, el extracto más puro del veneno, para decir, casi al borde del llanto, que Carlos Mejía Godoy fue “la encarnación de la Revolución Popular Sandinista” y de un día para otro “dejó de existir…” Parece que usted ignora que nuestra canción, llamada igualmente de protesta, política, revolucionaria, testimonial y sandinista, para “ganarse un lugar en el corazón del pueblo y no la militancia partidaria”, empezó cantándole a los mineros de Siuna, a la solidaridad con los pueblos que enfrentaban gobiernos dictatoriales, al campesino que con su arado venía rompiendo la tierra antes de la “mentada reforma agraria”… al Cristo que nació en el Cerro de la Iguana y no en Belén. Le recomiendo (solo como referencia) buscar con alguien de nuestra generación porque ignoro cuántos años tiene usted, los viejos discos de acetato en formato de LP En la calle de en medio, Hilachas de Sol, Cantos a Flor de Pueblo y Este es mi pueblo, todos grabados entre 1970 y 1972.

“Sólo el amor hizo posible esta canción
sólo el amor de tanta sangre derramada
hizo posible tanta luz en nuestras vidas
solo el amor reverdecido entre la muerte
donde con actos se respaldan las palabras…”

Ha sido la vida misma, desde que éramos chavalos, la que nos enseñó en el ejemplo de nuestros padres, que no fueron ni proletarios explotados, ni campesinos, pero sí una Maestrita de Escuela y un Carpintero con oficio de cantor. De ellos aprendimos a ser honestos, limpios de corazón y de conciencia y solidarios, desde que cantábamos a beneficio de la construcción de una escuelita, o para arreglar el atrio de la iglesia o para construir el parque del pueblo, en las veladas artísticas del Padre Fabreto, allá en nuestro pobre pero querido Somoto, cuando apenas iniciábamos nuestra educación secundaria… Pero usted, señor Escorcia, habla de fama y del “Album musical sandinista”, como si se tratara del reclamo del empresario de una transnacional discográfica, cuando el artista decide dejar la empresa por cuestiones de “riales”

Lo más importante quizás de esto es que, precisamente, nuestro “pleito” con el gobierno familiar no es cosa de dinero, ni de propiedades, ni de puestos en el gobierno, ni de ofertas de trabajo, si no, de principios, de ideales. Esta fue la razón de haber abandonado las filas del FSLN. Decisión que no nos fue nada fácil tomar. Nos dolió precisamente porque nos involucramos en el proceso revolucionario por convicciones, por el inmenso ejemplo de humanidad de sus militantes, persiguiendo sueños de libertad, y por supuesto, motivados por ejemplo de los héroes y mártires de todo nuestro pueblo que ahora usted manosea y manipula hábilmente no sé con qué autoridad… Cuando leí su escrito me dio la impresión de estar escuchando a alguien de la cúpula del FSLN actual o a alguien asalariado por esa cúpula, por el estilo con que esgrime sus argumentos, todos por cierto, ridículos y sin ninguna base y que riman con la rabia de Radio Ya y Canal 4TV.

Menos mal que reconoce “la calidad musical del cantautor de la Revolución” al decir que eso no está en juego. Yo le agregaría que tampoco se puede obviar la calidad de los textos y no sólo lo de las canciones testimoniales o evidentemente políticas. Quizás también le duela, y mucho por cierto, que las canciones de Los Mejía Godoy, (para meterme yo en el mismo saco), sean reconocidas, respetadas, admiradas y cantadas no solo por la militancia sandinista sino por todo el pueblo nicaragüense. Clara señal de su miopía sectaria es hablar de el criterio político de las personas que “les hace seleccionar la canción de su preferencia”. Me imagino que es su vocación democrática lo que lo hace pensar así… Si de algo nos sentimos orgullosos Los Mejía Godoy es que, más allá de la política, nuestra obra ha sido inspirada en el amor a Nicaragua antes, durante y después del proceso revolucionario, talvez por esto, después de cuarenta años, sobrevivan nuestras canciones, aunque usted nos quiera matar y enterrar tan pronto y después resucitarnos “del otro lado de la acera”, es decir de la Derecha. (O estás con el FSLN o estás contra el FSLN)… Estamos seguros que nosotros moriremos como cualquier ser humano, pero también estamos seguros que otros harán sobrevivir nuestra obra por que en cada canción hay un trozo del alma de este pueblo, como en las canciones de Camilo Zapata, Erwin Krüger, Tino López Guerra, Víctor Manuel Leiva, Justo Santos, Jorge Isaac Carvallo y Otto de la Rocha que nos heredaron la dignidad y la honradez del canto nacional.

“No se me raje mi Compa, no se me ponga chusmón
Que la patria necesita su coraje y su valor…”

Por otra parte, la censura de nuestras canciones, y no solo de La Consigna, sólo para refrescarle un poco la memoria, se efectuó, sobre todo, y de forma brutal, porque quemaban nuestros discos y prohibían los pusieran en las radios, en los últimos años de la dictadura somocista (1976-1979) años en que fueron compuestas Quincho Barrilete, Allá va el General, Venancia, Vivirás Monimbó, Volveré a mi Pueblo, Eran treinta con él, Comandante Carlos Fonseca, y por supuesto las canciones de la obra “Guitarra Armada”.

Yo no sé qué restaurantes frecuenta usted en el extranjero, en Guatemala, Miami, y Los Angeles (países que menciona en su artículo). Mucho menos que pueda imaginarme que una cancion como La Consigna (que todos sabemos es un himno partidario) pueda ponerse en un restaurante de cualquier lugar del mundo (incluyendo a Cuba) sería de lo más exótico y a la vez una falta de respeto para todos incluyendo a la militancia… Se me ocurre que tampoco pueden poner El Pueblo Unido o La Internacional. Y talvez, en cambio, al escuchar Clodomiro el Ñajo, como usted afirma, en alguno de esos restaurantes, a usted se le olvidó “la musiquita”, le cayó mal el churrasco y le quedó clavado en el hígado “una libra de clavos y un formón…”

Como no sé a qué se dedica, no me queda más que reirme de su comentario (que parece broma) de que “Carlos Mejía Godoy cesó y se estancó para siempre en su impactante producción musical casi dos décadas antes que un nuevo gobierno Sandinista cometiera el crimen de “Lesa Humanidad de engalanar con flores los eventos oficiales”…

Si usted fuera más cuidadoso y menos mal intencionado, rencoroso e ignorante, (espero no sea periodista), debería de preguntar en la SGAE (Sociedad General de Autores de España), le podemos facilitar, si quiere, los teléfonos, el número de fax y la dirección electrónica, Institución donde mi hermano Carlos tiene registrada toda su obra musical que además de La Consigna son como 200 canciones más. O quizás, lo que ha querido decir, es que en los últimos años no ha habido en nuestro país, nada impactante (más que las enormes tarimas y el cachimbo de flores, algunas importadas, los inmensos rótulos de carretera con la imagen del caudillo) que en vez de inspirarnos a componer canciones, nos llena de coraje por el engaño con la consigna pirateada de “Arriba los pobres del mundo”. Todos sabemos que nuestro humilde pueblo sigue bien abajo, en el borde de los cauces y los barrancos, y en las casas de cartón y lata, y muy mal, por cierto, igual que Lencho Escaliche, Terencio Acahualinca, Panchito Escombros y el niño Joaquín Carmelo.

De todas formas, le informo, y tome nota, que hace un par de años Carlos escribió, inspirado en el recuerdo imborrable de los héroes del 23 de Julio de 1959, una Cantata (es decir una obra de varias canciones) que precisamente estrenó en la ciudad universitaria en la conmemoración de la brutal represión de la guardia nacional de Somoza. Pero además, en los últimos años escribió las canciones ya populares entre “moros y cristianos” a los equipos del Boer y el San Fernando (sin distingo de militancia política), Soy Nicaragüense Güegüense, Yo te amo Nicaragua son otras canciones que Carlos ha escrito en estos años, y entre los dos, escribimos, por solicitud del Consejo Supremo Electoral la canción que convocó al pueblo para las Elecciones de 1990 y de 1995, así como el tema Juntemos el amor, para la lucha Internacional contra el VIH y el sida, sólo para mencionar algunas… Pero si nosotros fuéramos, como Justo Santos, los autores de solo una melodía como La Mora Limpia, (que generalmente la utilizan en radio, TV. y en los entarimados enflorados, como fondo para los discursos de la pareja presidencial), no sentiríamos también muy honrados porque una sola canción si está hecha con amor, dignidad y calidad, se queda para siempre en el corazón de la gente.

Usted, señor Escobar Polanco, que no sé si vive en Nicaragua y solo ve el Canal 4TV y escucha Radio Ya, afirma que hay un nuevo Carlos. Tiene razón, hay ahora un Carlos Mejía Godoy con la garganta destrozada por los miles de conciertos gratuitamente ofrecidos dentro y fuera de Nicaragua para defender la Revolución Popular Sandinista. Un Carlos Mejía Godoy que junto a los Palacagüina convocó a miles de personas en varios países de Europa para recaudar fondos para el FSLN, para la solidaridad en la lucha contra Somoza y en la defensa de la agresión norteamericana durante más de una década y nunca vio un centavo de ese dinero que venía directamente a la arcas del FSLN. Un Carlos Mejía Godoy que “con las uñas”, después de la derrota electoral del FSLN creó “El Clan de la Picardía”, un programa de TV. que defiende nuestras tradiciones y nuestra identidad cultural sin haber recibido la ayuda de ninguno de los Ministerios de Cultura de los gobiernos en los últimos 16 años. Un Carlos Mejía Godoy que junto a nuestra familia, sin recursos, más que nuestra obra musical (que ahora se nos quiere confiscar) fundó la Casa de los Mejía Godoy y la Fundación Mejía Godoy, para tener un espacio abierto a “todos los nicaragüenses” incluyendo a los detractores, para reencontrarse con sus raíces y su verdadero orígen.

Pero usted, no solo desconoce esta parte de la historia, sino que comete la estupidez de comparar a mi hermano del alma, con el reo Arnoldo Alemán, rehén de Daniel Ortega para sus propios intereses y como parte del Pacto. Con Franco, me imagino que se refiere al fascista dictador español… (si lo escuchan los españoles, hasta los más reaccionarios le dirían que usted es un imbécil). También lo compara con Alberto Luna (que me imagino que usted conoció a ese Coronel de Somoza y que por cierto, una vez mandó a echar preso a Carlos por cantar sus canciones en los barrios pobres de Managua, no lo habrá denunciado usted…? Y no le basta con eso. Lo acusa de “matón de barrrio” porque agredió (un error indiscutible por lo que pedió disculpas públicamente) a un periodista con cara de ángel de apellido Hurtado. Aquí entro yo de nuevo en su ficción señor Escobar Polanco cuando ha escrito que yo le menté la madre al periodista Hurtado…(¿¿??) Yo mismo vi, una y otra vez las versiones y montajes con “efectos especiales” que Canal 4TV. hizo de la Marcha de la Sociedad Civil del pasado 16 de julio donde nos hacen aparecer “cantándole a los señores Eduardo Montealegre y Enrique Quiñonez”, (como lo afirmó el periodista Hurtado), porque pusieron en pantalla un recuadro con las dos imágenes… Yo sé que ustedes son expertos en esta tecnología, y que siguen conspirando porque se quedaron atrapados en el pasado… pero nosotros no somos estúpidos ni el pueblo tampoco.

Por último, aunque no quería contestar a cada párrafo de su artículo que destila odio y fanatismo, se termina metiendo con algo muy delicado que es la obra “La Misa Campesina Nicaragüense” que ha sido utilizada, igual que La Consigna y la versión de Que se “redamen” las copas, como parte del circo montado este 19 de Julio en la Plaza de la Fe (me imagino que usted señor Escorcia Polanco, debe creer que la F de Fe es de fuerza sobornable…) Nunca en la historia de Nicaragua habíamos visto tanto despliege de payasada y tanto gasto inútil de inmensos y costosísimos rótulos con la imagen del caudillo, caso interesantísimo para psiquiatras que estudian la antigua enfermedad del “culto a la personalidad”… Rosario, con su rosario de consignas y repitiendo Viva Daniel, Viva Daniel, Viva Daniel, cada vez que terminaba un párrafo, como “Perdona a tu pueblo Señor”… Letanías, consignas, discursos, Medallas, Reconocimientos, Distinciones, con el fondo de la Mora Limpia y El Pueblo Unido (aunque a nuestros hermanos del Quilapayún, invitados especiales que desde una tarima “para artistas” cantaron algunas canciones con un pésimo audio, después les entregaron una medalla (Me imagino que bendecida por su Eminencia Monseñor Obando y Bravo), al final, los Quilapayún, como hubiera sido lógico, no cantaron su original versión de El Pueblo Unido, yo creía que para eso los habían traído desde Francia y Chile, pero la Productora del evento prefirió poner el CD con la versión de los Quilapayún, pirateada oficialmente por el gobierno y sus medios en un CD.

Nunca le hemos negado ni prohibido al pueblo que cante nuestras canciones, por el contrario, nos sentimos orgullosos que dentro y fuera de nuestro país, todos los Nicaragüenses hagan suyas nuestras canciones. Nunca hemos perseguido a los revendedores de los discos pirateados por los “tiburones” que son los que realmente se lucran de las canciones de todos los artistas nacionales. Si queremos un Estado de Derecho, pues, simplemente tenemos derecho a lo que la Ley de Derechos de Autor dice y por eso hemos prohibido y desautorizado al FSLN, su gobierno y sus medios de comunicación a que sigan utilizando nuestra obra musical (porque lo siguen haciendo hasta el día de hoy). Ahora la demanda está en manos de nuestros abogados. Ellos sabrán qué hacer con esta situación inédita en que el Gobierno Ortega-Murillo y la empresa familiar que es el FSLN son los piratas más grandes del país. Solo es cuestión de tiempo, y la paciencia es una de las virtudes que hemos aprendido de nuestro pueblo. Aunque todo tiene su límite.

Bueno, finalmente, señor Escorcia, usted no se conforma con haber escrito tantas infamias, calumnias e injurias (como una tarea de la misma célula partidaria de Radio Ya y Canal 4TV y su Comité de Base) si no, que, finalmente, termina matando a mi hermano, que es “la parte filosófica de la canción”... Lo entierra, y ya cuando parece que solo falta ponerle la plancha de cemento y seguramente un epitafio que rece: “aquí yacen los restos de quien en vida fuera Carlos Mejía Godoy, el muerto que quisimos llorar o imitar, pero que no se lo merece…” Entonces, lo vuelven a resucitar (como hacían con una muchacha, en un circo que pasó por mi pueblo) y en un acto de malabarismo increíble, lo sacan de la tumba, lo ponen como un fantasma en los mítines políticos “de la derecha”, y con la guatusa detrás de la espalda, lo vuelven a matar, es decir, lo rematan y le desean “paz a sus restos”… Aquí solo le faltó incluir, de fondo, con música de Chicheros, tocando, en versión de Son de toros, la canción de John Lennon que piratearon para la Campaña Presidencial, y una corona de flores (con lirios importados de Costa Rica) enviada de parte de El Pueblo Presidente.

Quizás, además de confiscarnos las canciones quieran cortarnos las manos como a Victor Jara… Pero no nos podrán quitar la palabra jamás. Pues como escribió Carlos en una canción de los años 70 “Yo no puedo callar no puedo pasar indiferente, ante el dolor de tanta gente, yo no puedo callar…”

Menos mal que mi madre que vive en Somoto y tiene 92 años, sabe que ya nos han matado varias veces. Ella lo único que nos dice es que tengamos mucho cuidado, y lo tenemos, pero dormimos tranquilos sin necesidad de menjunjes, agüizotes y sontines... Ella nunca nos ha dicho que dejemos de cantarle al pueblo porque sabe que ese día sí, realmente, moriríamos de verdad, porque nuestras canciones más que consignas serán siempre las mismas canciones de amor de hondo contenido humano a las cuales nunca renunciaremos, escritas con vida, pasión, muerte y resurrección!

“Sólo el amor hizo posible esta canción
como partera de esta historia sin fronteras
solo el amor que se hizo inmenso por vergüenza
hasta escalar el sacrificio de los sueños…”



Luis Enrique Mejía Godoy
Managua, Nicaragua, 21 de Julio 2008

Muerte y resurrección de Carlos Mejía Godoy

Por Carlos Escorcia Polanco
(Ver escrito en respuesta de Luis Enrique Mejia mas arriba)
Carlos Mejía Godoy, la encarnación musical de la Revolución Popular Sandinista dejó de existir hace muchos años. Le sobrevive el album musical Sandinista mas impresionante de la historia de Nicaragua, el más famoso repertorio de canciones, cuyas ondas traspasaron las fronteras internacionales de un mundo estupefacto ante el heroísmo de un pueblo que se sacudió a una dictadura dinástica, la tiranía somocista.


La calidad musical del cantautor de la Revolución no está en juego. Las canciones de Carlos eran, son y serán del gusto de todos los nicaragüenses, a pesar de la censura del mismo Carlos. Claro que el criterio político de las personas les hace seleccionar la canción de su preferencia.

Los primeros en prohibir y censurar la canción “La Consigna” fueron los somocistas propietarios de restaurantes en el exterior, no fue Carlos su primer censor. El solo imitó el gusto político de su nueva reencarnación. En muchos restaurantes de Guatemala, Miami o Los Angeles, propiedad de exguardias, la canción “La Consigna” está terminantemente prohibida. En su lugar tararean “Clodomiro el ñajo”.

Carlos Mejía Godoy cesó y se estancó para siempre en su impactante producción musical casi dos décadas antes que un nuevo gobierno Sandinista cometiera el crimen de “Lesa Humanidad” de engalanar con flores los eventos oficiales.

Pero, ahora existe un nuevo Carlos. No el Carlos que electrizó a mas de una generación de nicaragüenses con su canto revolucionario, preñado de pueblo, el Carlos del “Dios de los pobres” a tono con la opción preferencial por los pobres de la Teología de la Liberación. El Carlos muerto a raiz de la derrota del 90, ha resucitado. El nuevo Carlos es ese energúmeno con el rostro descompuesto por la ira que carga a patadas a un periodista, cuyas preguntas hacen aflorar la verdadera naturaleza fascista del nuevo Carlos Mejía Godoy.

El Carlos de hoy, es como Arnoldo Alemán, que por razones políticas le echó los “bulldozers” a unos murales destruyendo el testimonio de la cultura revolucionaria. El Carlos de hoy es quien imitando al fascismo del generalísimo Francisco Franco, que quemaba libros y encarcelaba poetas, se convierte ahora en el coronel somocista Alberto Luna censor de su propio canto revolucionario, solo porque, por consideraciones politiqueras, no le parece que otros canten esas canciones que Carlos entregó a la humanidad. Habrán leguleyos que hagan prevalecer el argumento legalista, pero sufrirán la mas severa condena moral de la historia.

El nuevo Carlos que ha resucitado en la persona de ese grotesco matón de barrio que agrede a un periodista ante las propias cámaras de televisión, que consiente que su hermano Luis Enrique le recuerde a su progenitora al periodista Nelson Hurtado, es el Carlos que como en la época de Somoza, bañaban a insultos y vulgaridades a todo aquel que no pensara como ellos.

Los Sandinistas estamos de luto. Aunque siempre dijimos que no hay que llorar a nuestros muertos, sino imitarlos, este caso es totalmente diferente. No podemos hoy imitar a Carlos. No podemos los Sandinistas agarrar a patadas a los oligarcas, chupacabras históricos del pueblo, mucho menos a ese pueblo pobre y humilde que engañado por los cuentos orientales con ojos oblicuos, sigue a energúmenos como Carlos y millonarios como Eduardo Montealegre.

Quisiera decir, como decimos del fundador del Frente Sandinista, Carlos Fonseca, que Carlos Mejía es de los muertos que nunca mueren. Pero, con dolor en mi corazón y ante los tercos hechos capturados para la historia en esas irrebatibles imágenes de televisión, tengo que admitir que el Carlos Mejía Godoy, el de la viejita de Mozambique, el de la Tumba del Guerrillero, el del seminarista que dejó el púlpito por la lucha del pueblo, ese Carlos que nos hizo sentir en la gloria de la Revolución Popular Sandinista, ese Carlos no existe, porque está muerto.

Pero, como hacen todas las familias, que ponen en la sala la foto de sus deudos. Así como quedan los recuerdos, asi como quedan objetos de valor del ser desaparecido, los Sandinistas atesoramos su canto revolucionario aunque el mismo no lo aprecie. Los Sandinistas no somos los primeros, sino los únicos en lamentar la muerte en vida de Carlos Mejía Godoy, para tener que enfrentarnos a un fantasmagórico nuevo Carlos, que anda asustando en los mitines de la derecha y provocando el terror ante las propias cámaras de televisión.

Carlos ha continuado cantando y componiendo música, en ese sentido ha resucitado, pero ahora su nueva producción musical es insabora, incolora, inodora e insípida. Ya no tiene el encanto envolvente de la lucha del Sandinismo, ya no posee el carisma y la euforia de esa generación que escribió con sangre las páginas mas gloriosas de su propia historia.

Los Sandinistas no lloramos a nuestros héroes, sino que los imitamos en la lucha. Pero a este nuevo Carlos, muerto y resucitado, no podemos ni llorarlo, mucho menos imitarlo. Preferimos quedarnos con el primer Carlos que tanto nos deleitó, que tanto admiramos, que tanto respetamos en el pasado. Por supuesto la Oligarquía y los renegados prefieren al Carlos de hoy, no al de La Consigna.

Hermanos nicaragüenses, ese Carlos de La Consigna, aceptémoslo, aunque sea duro reconocerlo, ya murió, el Carlos Sandinista, el Carlos revolucionario, el Carlos que tanto admiramos en nuestra juventud, ese Carlos está muerto. Paz a sus restos.

21 jul 2008

Nicaragua Hoy - Comentario de William Rioz con respecto al incidente de CMG

Nicaragua Hoy - Blog: [Fwd: Rv: carlos]

Luis Enrique defiende los derechos de su tío

Cindy Regidor

revista@laprensa.com.ni



El salsero nicaragüense Luis Enrique Mejía criticó la posición del gobierno sandinista de no respetar los derechos de autor de su tío, el cantautor Carlos Mejía Godoy, quien pidió que sus canciones no fueran usadas por medios de comunicación oficialistas, petición que no fue acatada ni respetada.

“Mi posición es la de mi familia y la de un autor que defiende su obra y entiendo que sus derechos tienen que ser respetados. Mi tío ha dado la vida por Nicaragua y su obra es una muestra de ello”, expresó.

El salsero, quien reside en Estados Unidos, llegó a Nicaragua para participar en el Concierto por la Dignidad, en el que se reunieron varios artistas nicaragüenses como una manera de hacer un llamado al respeto de los derechos de autor.

El artista expresó que las canciones son como los hijos, siempre van a ser tuyos.

“No creo que sea necesaria la violencia, ni las faltas de respeto, ni las cuestiones políticas. La salida es otorgarle al autor lo que se merece. Si él dice que no se puede utilizar su material, pues no se puede”, concluyó el artista.

Por su parte Augusto Mejía, organizador del concierto e hijo de Carlos Mejía Godoy, expresó que “todos somos conscientes de lo que está pasando y le puede pasar a cualquier otro artista”.

Carga Cerrada, Mario Sacasa, Clara Grün y Electrochinamo, Gaby Baca, Milly Majuc, Luis Enrique Mejía, Perrozompopo y Carlos Mejía Godoy animaron a un público bastante variado: jóvenes, adultos, rockeros y bohemios.

Verdades y mitos sobre himno FSLN

Carlos Mejía hace y cuenta la historia
Edgard Barberena
END - 21:10 - 20/07/2008

El hombre que contactó a Carlos Mejía Godoy para que hiciera la primera versión del himno del FSLN fue el ya fallecido diputado esteliano Orlando Pineda.

Lo anterior forma parte de la entrevista que concedió el cantautor a la sección El Personaje y que no hubo espacio para incluirlo. Por justicia histórica, Carlos dice que años atrás había recibido el encargo de hacer ese himno sin ser militante del FSLN. Antes del terremoto de 1972, Mejía vivía en la esquina El Granizado, del teatro Alcázar (antes Salazar), una cuadra arriba, a media cuadra de Radio Corporación, en la Calle Candelaria.

Recuerdos de Fernando Gordillo
“A esa dirección llegó ‘Pinedita’, un hombre muy querido y puro, y me dice: ‘Se acaba de ir Fernando Gordillo’, quien ya andaba en silla de ruedas porque estaba padeciendo una rara enfermedad que se lo llevó a la tumba. Yo le tenía una admiración infinita a Fernando, de la generación del 23 de julio, gran poeta, fundador de Ventana y con una trayectoria revolucionaria intelectual impresionante”.

Esos elementos fueron claves (lo de Gordillo) “para llevarme a convencer de que hiciera el himno del FSLN, y le dije: ‘No es honesto que yo haga un himno si no estoy adentro, y ahorita (para esa época, antes de 1972) no tengo méritos para estar dentro de esa organización, dejemos que pase el tiempo, vamos a ver’...”.

FSLN lo llamó hasta España
En ese contexto el FSLN le hace un llamado, cuando Carlos ya era militante, “pero yo siempre me le adelanto al Frente Sandinista, antes que me dijera hacé tal cosa, yo ya la estoy haciendo”. El llamado era para decirle que la insurrección que daría al traste con el somocismo venía, y que se estaba a días de la unidad que tendrían las tres tendencias del FSLN.

El llamado afectó a su productor español, a quien el cantautor le dijo: “Primero mi patria, ya que viene una revolución y no puedo estar alejado de mi acontecer histórico”.

Carlos se dirige a Costa Rica, donde estaba su familia, y posteriormente a Panamá, para hacer unos conciertos. En Panamá vive en el quinto piso de un edificio de ocho plantas, que se convirtió en casa de seguridad gracias a la colaboración de Margarita Remón, dueña de ese piso. Allí había un piano.

En ese lugar es donde Carlos se mira por primera vez con Tomás Borge, en octubre de 1978, quien le dice que es importante hacer el himno, por lo que comienza a recabar ideas, y como todavía no se había dado la unidad de las tendencias, “escribo un primer borrador que dice: /Adelante, marchemos compañeros/ la victoria jamás se detendrá/ al canalla opresor lo enterraremos/ en la propia montaña quedará/.

Pero ese borrador no tenía la estrofa que dice: /Luchamos, contra el yanqui/ enemigo de la humanidad/. Sino que decía: /Los hijos, de Sandino/ ni se venden, ni se rinden/ los hijos de Sandino/ son los hijos de la libertad/.

Sólo el adagio de Tomás
Asegura Carlos que toda la letra de ese himno es de él, “lo único que es de Tomás Borge, casi textual, es: /Hoy el amanecer.../, que es lo que llamo el adagio, porque la primera parte es una especie como de andante”, pero eso no significa que Tomás sea el autor del himno.

Estando Tomás en París, llamó telefónicamente a Carlos a Panamá para preguntarle si había hecho los cambios en el himno. La repuesta del cantautor fue que sí y lo denominó Himno de la Unidad. Borge le dijo que estaba bueno y agregó: “Hay un problema, le falta el toque antiimperialista”. Esto llevó a Carlos a acordarse de la segunda declaración de La Habana, que dice: “Los EU son el mayor enemigo del género humano”. Y ahí sale la estrofa: Luchamos, contra el yanqui/enemigo de la humanidad”.

Fue grabado en México
Carlos se fue a México, donde reunió a un grupo de artistas de la nueva canción latinoamericana, encabezado por el músico Naldo Lebrin, de nacionalidad argentina, quien era director del grupo Sanan Pay.

Este hombre dejó a un lado su trabajo y en tres días se hicieron las grabaciones de lo que fue el disco “Guitarra armada”, una grabación destinada a levantar al pueblo.

En la grabación del himno participó la Camerata Punta del Este, del Uruguay, el grupo Víctor Jara, del que formaba parte la gran cantante Guadalupe Pineda. Otras mujeres que participaron en la grabación fueron Eugenia León, Amparo Ochoa y varios muchachos y muchachas de esa época.

No hay documento firmado
Asegura Carlos que nunca se firmó un documento “donde yo le entregué los derechos de reproducción al FSLN de estas canciones (las demás que aparecen en el disco Guitarra Armada), porque soy honrado, he dicho que ese himno es patrimonio del partido al que pertenecí”, pero recordó que si se graba o edita, se difunde el derecho internacional de la Convención de Berna, que siempre en la televisión y la radio es obligación antes del derecho económico, mencionar el nombre del autor.

“Entonces estos léperos sacaron un disco pirateado de La Consigna y no le ponen el nombre del autor”, dijo Carlos, como una repuesta que le dio al analista Aldo Díaz Lacayo, quien publicó en EL NUEVO DIARIO (el día en que END lo entrevistó) un artículo de opinión sobre la controversia con el tema original del cantautor.

“Ellos (el sandinismo oficial) dicen que la música es del pueblo y pueden hacer lo que quieran, pero no saben en lo que se están metiendo debido a los alcances que tiene a nivel internacional”, terminó diciendo el autor de la “banda sonora” de lo que fue la revolución sandinista.

Anécdota que por primera vez se hace pública
Carlos reveló una anécdota que jamás había sido publicada sobre el trabajo que hacía con su hermano, Luis Enrique, cada vez que venía un aniversario de la revolución truncada en 1990. Un año se le ocurrió a Carlos visitar a Tomás Borge para exponerle la idea de una obra musical sobre la vida de Carlos Fonseca. Tomás lo apoyó y le dio condiciones para ponerse a trabajar: un piano y una casa donde trabajó día y noche, y donde hasta hizo una canción sobre la bala que en Zinica impactó en el pecho de Carlos Fonseca, y cuando “llevo el 85 por ciento de la obra a Rosario Murillo, quien todavía no tenía tanto poder como ahora, dice que no hay obra y todo terminó”

Para esa ocasión, montar una obra de esa naturaleza tenía un precio no menor de 50 mil dólares en términos de creatividad, tiempo, ensayo con los músicos, con los coros, pero todo se acabó. Esa obra y sus partituras todavía las guarda en su casa. Carlos dice que se quedó callado porque en ese momento “cualquier escándalo era aprovechado por el enemigo, y con ese puentecito callamos muchos atropellos en este país”.