5 sept 2008

Al trovador Carlos Mejía Godoy Por Pablo Antonio Cuadra

Entre nosotros, un joven cantor que se ha atrevido a criticar la tortura - esa tenebrosa mancha de crueldad, que empuerca la túnica de nuestra justicia - no solamente no ha sido escuchado, ni respetado en su hermoso grito de protesta social, sino que ha sido sancionado con la más fuerte multa jamás aplicada, en nuestra historia, a una obra de arte. Su delito? Entonar una copla satírica en contra del uso de la picana eléctrica en los interrogatorios.

Desde hace tiempo, he seguido con creciente admiración la carrera de Carlos Mejía Godoy, uno de los poquísimos valores auténticos de la canción nicaragüense, quien, a pesar de luchar en un medio agotador como el radial, ha producido ya un buen número de canciones, cuya letra y música revelan a un verdadero creador, que sabe enraizar su originalidad en lo profundo del alma y de los ritmos de su pueblo.

Laureado en festivales internacionales, jamás supimos que el Estado se fijara en Carlos para alentar su obra. Aquí el Estado - cuando toma la iniciativa, es para pisotear valores humanos. Para dejar caer, como es el caso, sobre la guitarra de un humilde juglar, una aplastante multa faraónica. Existe un premio de mil quinientos dólares, para estimular nuestra creación musical?

Cuando se medita sobre el salvaje monto de esta sanción económica, lo que se advierte es el odio bárbaro contra la cultura. Es el eterno pleito entre la Fuerza y la Inteligencia. Entre la Tiranía y el Ingenio. Entre la Pistola y la Guitarra: uniformar de una gris estupidez a todo el país y ¡que no se oiga otro ritmo que la acompasada y silenciosa respiración de los sometidos!

En tiempos de Nerón se extinguió la sátira en Roma. En tiempos de Stalin dejó de existir la sonrisa en Rusia. Tendremos que agregar: En tiempos de Somoza, dejó de existir el canto en Nicaragua?

Cuenta La Fontaine en su "Vida de Esopo", que una vez Creso, - el Rey tirano de Lidia - hizo saber a los habitantes de Samos que, o le pagaban tributo o les hacía la guerra. Temerosos, los samosanos iban a aceptar el tributo. Esopo, el jorobado fabulista, que era esclavo liberto, pidió la palabra: "Sólo dos caminos hay para los mortales. El de la libertad, escabroso al principio, pero agradable luego. Y el de la esclavitud, cómodo al comienzo, pero desesperante después".

La gente de Samos rechazo el ultimátum de Creso y se aprestó para la guerra. El tirano envió una embajada, ofreciendo respetar sus libertades si le entregaban a Esopo. Los ricos encontraron ventajosa la propuesta: era buen negocio entregar al pobre fabulista a cambio de su sosiego. Cuando llevaron a Esopo ante Creso, éste se extrañó de que un hombrecillo tan insignificante fuera un obstáculo para su ambición. Y dio la orden de matarlo. Pero Esopo, de pie ante el déspota, exclamo: "Rey Creso! Había una vez un campesino que cogía saltamontes para defender sus siembros y cayó en sus manos una cigarra. Iba a matarla, cuando ella le dijo: - Qué daño te hice? Yo no destruyo tus espigas. Lo único que tengo es la voz para cantar -". Esopo continuó: Rey Creso, yo soy como aquella cigarra. No tengo mas que la voz, para cantar la libertad de mi pueblo". El Tirano, comprendiendo el valor moral de aquel hombrecito, lo devolvió a su país y respetó la libertad en Samos.

Si en Nicaragua la autoridad no es capaz de manifestar, por lo menos, la comprensión humana del opresor de Lidia, y le aplica a nuestro querido trovador esa multa salvaje, quiero que sepa que - como yo - hay miles de nicaragüenses, dispuestos a hacer una colecta, en solidaridad con una valiente guitarra, que ha cantado a la Libertad de Nicaragua.

Agosto de 1971.

Quincho Barrilete nació debajo de un palo de mango

Carlos Mejía Godoy compuso su primera canción Alforja campesina a los 23 años. ()


Roberto Sánchez Ramírez

rsanchez@managua.gob.ni
Entre la pistola y la guitarra



La sala de fiesta en la ciudad de Fix, en Terragona, España, estaba muy animada con la presentación del grupo nicaragüense de Carlos Mejía Godoy y Los de Palacagüina, compuesto por Enrique Duarte, Silvio Linarte y Humberto Quintanilla. Era la noche del 13 de noviembre de 1977.

Un mesero al escuchar el acento de los nicaragüenses se acercó y les informó que un joven, no sabía si uruguayo o argentino, había ganado el premio de la Organización de la Televisión Iberoamericana (OTI). Carlos le preguntó el nombre de la canción y el mesero les dijo haber creído escuchar que era “Pincho marinero”.

Encontrando cierta similitud entre “Pincho” y “Quincho”, Carlos se comunicó a Madrid con Oscar Gómez, productor de la CBS, el promotor de Son tus perjúmenes mujer en España. Oscar le confirmó que en efecto, el festival de la OTI, realizado en el Centro Cultural de la Villa de Madrid, había sido ganado por “Quincho Barrilete”, composición de Carlos, interpretada por Eduardo “Guayo” González Siero.

Carlos se comunicó hasta Somoto, Nicaragua, con su padre Carlos Alberto Mejía Fajardo. En la tierra natal del compositor era de día, la casa familiar estaba llena de amistades que llegaban a felicitar a “Chas” Mejía, a doña María Elsa, su esposa, mientras en las calles de Somoto los cohetes estallaban.

NO FUE POR CASUALIDAD

“Quincho Barrilete”, no nació por casualidad. Su progenitor abrió los ojos en Somoto, departamento de Madriz, en las históricas Segovias del general Augusto C. Sandino, el 27 de junio de 1943. “Chas” Mejía y doña María Elsa formaron una familia en un ambiente musical, lleno de picardía y unidad que cobijó a Chico Luis, Carlos, Luis Enrique, Armando, Conchita, María Ángeles y María Lucila.

En 1954 llega a Managua. Durante los estudios de bachillerato va descubriendo su vocación artística en veladas colegiales. Alterna la universidad con la radiodifusión como locutor, actor y libretista. Carlos, también se dio a conocer como ejecutor de un raro instrumento: el serrucho. Durante sus estudios en el Colegio Calasanz, escribió una composición que le sirve en 1963 para su canción Alforja campesina. La grabó con el trío Los Madrigales. En 1965 la interpreta Otto de la Rocha y la canción se populariza.

Conoce a Erwin Krüger, quien comentó que Alforja campesina “abría una nueva etapa en la música nicaragüense”. Tenía entonces Carlos 22 años, así que se sintió chavalo, cuando Erwin lo invitó a una reunión donde estaban, entre otros, Tino López Guerra, Otto de la Rocha, Carlos Adán Berríos, José Robleto, Pepe y Carlos Ramírez, Orlando Flores Ponce, Carlos Ramón Bermúdez y Rafael Gastón Pérez.

Tuvo el apoyo de Sidar Cisneros Leiva que logró transmitir sus canciones en la Radiodifusora Nacional. En 1965 viajó becado a Alemania, por gestiones de Reynaldo Antonio Tefel, logrando valiosas experiencias en el campo de la radiodifusión, a su regreso trabajó en Radio Centauro del recordado don Salvador Cardenal, en compañía de Douglas Amaya, uno de los nicaragüenses que más se destacaron en radio y televisión.

NACE CORPORITO

Radio Corporación nace en la calle Candelaria, en una casa con historia propia. Allí vivió el matrimonio de Pablo Steiner y la poetisa María Teresa Sánchez, su hijo el recordado dramaturgo, Rolando. En esa casa estuvo la editorial Nuevos Horizontes, visitada por los más conocidos escritores de aquella época. Allí también nació “Corporito”. Invitado por Fabio Gadea Mantilla, Carlos, creó este personaje que en la mañanita y al mediodía llevaba al pueblo la sátira y la crítica al régimen somocista.

“Corporito”, en sus cantos expresaba el sentir popular. En la Corporación se recibían cartas, llamadas telefónicas, como si se tratara de un personaje vivo. Las parodias de “Corporito” eran escuchadas y repetidas, más cuando se publicaron en cancioneros. Conocidas canciones eran modificadas sus letras por otras que se referían a hechos o personajes de nuestra vida nacional. “Corporito” fue multado por el gobierno somocista con C$25,000.00, una gran cantidad en esa época. Pablo Antonio Cuadra publicó en un “Escrito a máquina”, uno titulado “Entre la pistola y la guitarra”.

Surge también el programa El son nuestro de cada día, con el tiempo este movimiento repercutió en los Talleres de sonido popular, La brigada de salvación del canto nacional, donde llegaron a formarse grupos musicales, el grupo coral juvenil La Nueva Milpa, valiosos promotores culturales, entre los que se destacó Wílmor López, quien continúa desarrollando una fructífera labor.

MARÍA DE LOS GUARDIAS

Por el año 1971, a través de su mamá, doña Elsita, Carlos conoce en Somoto, a una mujer que sólo con guardias se metía y que por esos días se marchaba para Totogalpa, donde iba transferido el guardia con el que vivía. La plática de la mujer con doña Elsita inspiró La María de los Guardias, grabada en un disco de los llamados 45 RPM que tenía al reverso a Panchito Escombros, contando con el apoyo de Horacio Borgen, ya fallecido, que a través de Sonorama dio a conocer a muchos artistas nicaragüenses, también Horacio fue el primero en grabar un LP de música del palo de mayo, con el grupo Ganma, ahora Dimensión Costeña.

María de los Guardias y Panchito Escombros, en poco tiempo alcanzaron una gran popularidad. Hasta la orquesta de la Guardia Nacional la ejecutaba, cambiando la letra, en lugar de decir “contra un hombre arrecho llamado Sandino”, decían: “contra un hombre malo…”. María de los Guardias, se hizo conocida en México por la interpretación de Lucha Villa.

El primer LP de Carlos fue Cantos a flor de pueblo. Después viene La calle de en medio, sigue la Misa Campesina Nicaragüense, obra musical que refleja el espíritu de la iglesia Popular Latinoamericana en su opción por los pobres. En el año 1977 otro disco LP El son nuestro de cada día, obtiene tres discos de oro en España.

Con el grupo Los de Palacagüina, ha recorrido gran parte de Europa y América. En los Estados Unidos de Norteamérica se ha presentado en muchas ciudades, igual que en Japón. Desde 1970, ganó en Costa Rica, el primer lugar de la canción centroamericana; en 1973, Panamá, el segundo lugar de la canción centroamericana y Panamá; en 1977, en Madrid, primer lugar festival de la OTI, con Quincho Barrilete.

En 1978, premio al mejor grupo de España: 1978, premio al compositor más destacado de España; 1979, premio Bravo de la Iglesia católica española a la obra Misa Campesina Nicaragüense; 1989, Orden Independencia Cultural Rubén Darío; en el año 2002, junto con su hermano Luis Enrique, recibió la distinción de la Organización Panamericana de la Salud, Campeones de la Salud.

Año 2003, a Carlos y Luis Enrique, la Universidad Nacional Agraria, les entrega el título de Doctor Honoris Causa. En el año 2003, a los hermanos Mejía Godoy, se les dedica el X Festival de la Canción Universitaria. En el año 2005, reconocimiento de la Academia Nicaragüense de la Lengua por sus aportes del habla popular.

Otros discos, en formato LP y CD, son: Guitarra Armada; Canto Épico al FSLN, la portada es tomada de un cuadro del pintor ecuatoriano, Oswaldo Guayasamín, quien personalmente autorizó el uso a Carlos y Luis Enrique; La tapisca, Tasba pri; Regresamos pues; El ave canta… aunque la rama cruja; Azúcar y pimienta; Astillas del mismo canto (Vol.. I y II), con Luis Enrique; Nicaragua es un chischil; Grandes éxitos (Vol.. II); Firuliche; Viva Sandino; Soy nicaragüense güegüense; Concierto por la paz; a dos puyas… no hay toro valiente, con Sergio Tapia; Bajo la sombra de Sandino; Leona de tiempo completo y Relincho en la sangre.

Carlos ha musicalizado algunos poemas como: Los cantos de Cifar de Pablo Antonio Cuadra, El Paraíso recobrado de Carlos Martínez Rivas, Oración para Marilyn Monroe de Ernesto Cardenal y Letanías a Catarrán de Guillermo Rothschuh Tablada. Recientemente, con el título de Apunta, dispara y canta, se dio a conocer un vídeo que contiene canciones de la revolución nicaragüense, un concierto en vivo en la Casa de los Mejía Godoy, ahora donde fueron Los Antojitos, costado oeste del Hotel Crowne Plaza. Figuran canciones de Carlos y Luis Enrique, entre ellas: Eran treinta con él, Hilachas de sol, Vivirá Monimbó, Cuando venga la paz, La tumba del guerrillero, Un gigante que despierta, Revolución, Compañero César.

AY NICARAGUA, NICARAGUITA

Por sobre la política y la ideología, el nicaragüense, dentro o fuera de su patria, se emociona cuando entona Ay Nicaragua, nicaraguita. Después de nuestro Himno Nacional, es uno de los cantos con el que más se identifican los nicas. Pero además, Carlos, como los viejos juglares y trovadores ha llevado al canto hechos y personajes, poemas, canciones anónimas, puesto letra a música como La flor de pino.

Es tan numerosa y de tanta calidad la obra de Carlos que resulta difícil decir cuál es mejor que otra canción, al final hay que hacer una larga lista. Además de las mencionadas, tenemos el Cristo de Palacagüina; Clodomiro el Ñajo, La Tula cuecho. Mención especial merece Las campesinas del Cúa, inspirada en un poema de Ernesto Cardenal. Son tus perjúmenes mujer, canción recopilada por los Bisturices Armónicos, la interpretación de Carlos y Los de Palacagüina, la convirtió en la canción más cantada del verano de 1977 en España.

RELINCHO EN LA SANGRE

Así como Carlos ha sido fecundo compositor, también lo es como progenitor, su cosecha tiene los nombres de Carlos Alberto, Jorge Eduardo, Carlos Alexis, Camilo, Augusto César, María Elsa, Carlos Luis y Xochitl Alondra. Varios han continuado la vocación musical de su padre, juntos hermanos y sobrinos forman el más completo clan en su género, expresado en el título del libro de Luis Enrique “Relincho en la sangre”.

El vídeo apunta, dispara y canta, recientemente dado a conocer, es como el cordón umbilical que aunque se corta es el que da la vida en la gestación. Así, Carlos, junto con su hermano Luis Enrique, son en el canto parte de la historia de la revolución sandinista